Camboya

CAMBOYA:

   Camboya, un país alejado del fuerte desarrollo económico como nosotros lo conocemos, atravesado por el enorme río Mekong, esconde joyas historico-artísticas de gran belleza en su interior. Un país principalmente buddhista que esconde preciosas pagodas buddhistas, los famosos templos de los Khmer como el Angkor Wat, su curiosa capital Phnom Penh y unos escenarios esplendidos por descubrir. Sin embargo a los que quieren aventurarse a descubrir la Camboya auténtica lejos de las principales rutas turísticas se les invita a escoger los itenerarios menos conocidos.

Se pueden visitar templos centenarios a los cuales acuden solo los locales como el templo de Ta Prohm del s. XII donde se filmó la película de Lara Croft, , el templo de Nom Da, un templo descuidado por los restauradores artísticos de Camboya como muchos otros, o el templo de época pre-angkoriana con más de mil años de historia encima del monte Chi Sor, al cual se accede subiendo 412 escaleras, ofrece autenticidad y un ambiente religioso. Los turistas escasos que se aventuran serán recibidos con cordialidad y gran interés por parte de los niños.

Viaje por el río Mekong, que vale alrededor de 25 euros, permite descubrir aldeas remotas y la vida ribereña. La vida, muchas veces transcurrida en miseria, se presencia la misma que ha transcurrido durante miles de años. Sus habitantes sumergidos en la pobreza subsisten de la pesca artesanal y la agricultura. La religión, la superstición y el respeto por los antepasados esta estrechamente presente en la vida camboyana. Ofrendas se obsequian a los espíritus ancestrales que según la creencia protegen a los camboyanos y sirven también de mediadores de conducta , como por ejemplo el espíritu de la casa que se cree que la protege y si empiezan a suceder cosas desagradables es que el espíritu se haya ido. También debido a la triste historia camboyana han aparecido nuevos espírituso fantasmas, los espíritus de guerra.

Kompong Luong, un pueblo flotante parecido al que podemos encontrar en Ha Long Bay en Vietnam, los habitantes del lago Inle en Myanmar o incluso los habitantes del lago Titicaca en Perú, donde la vida cotidiana de los campesinos transcurre totalmente sobre el agua. En este pueblo según la estimación habitan alrededor de siete mil personas mayoritariamente de origen vietnamita y de religión católica que carecen de papeles y por lo tanto de la oportunidad de pisar tierra firme de Camboya e encontrar trabajo. Sus casas permanecen ancladas en medio del río Mekong, siendo esta tierra de nadie. El poblado tiene la infraestructura flotante necesaria para la vida cotidiana lo que ha propiciado enfermedades en los niños que jamás han correteado por tierra.

Para los interesados en la historia del país o en el arte bélico, Camboya es un museo abierto ya que la mayor parte del país todavía no ha sido desminada. La experiencia turística militar consiste en disparar armemento que ha sido utilizado en la guerra, la propuesta varía desde el alquiler de un fusil por unos 30 euros hasta la conducción de un tanque o disparar un misil desde un lanzador de cohetes de fabricación soviética. Tal oferta turística se puede encontrar a cuarenta minutos de Siem Reap en un campo de tiro supervisado por soldados retirados.

Otro atractivo, herencia de la guerra, es el Museo del Genocidio Tuol Sleng. El edificio donde actualmente se ubica el museo fue una escuela que fue convertido en un centro de torturas por Pol Pot, revolucionario camboyano que estuvo al poder, y que alberga los restos de los horrores de guerra. Otro lugar parecido son los Campos de la Muerte Choeung Ek donde se encuentran los restos de nueve mil víctimas de los jemeros rojos.

Estando en Camboya es imprescindible probar la comida tradicional que incluye platos tan inusuales como el huevo de pato incubado, insectos e réptiles fritos o la denominada “happy” pizza que contiene marihuana.

Otra oferta turística es el turismo solidario que ofrece el recorrido por las calles de Phnom Penh para ver la miseria con sus propios ojos, la visita a las orfanatos, como el orfanato ACODO en la provincia de Siem Reap que acepta donaciones o la colaboración con los ONG´s que se dedican a erradicar el turismo sexual.

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